lunes, 30 de junio de 2008

Los crímenes de Bormat

Después de leer Crímenes Imperceptibles, ahora me tocó ver la película. Ya saben: se trata de la película Crímenes de Oxford, basada en la novela del bahiense Guillermo Martínez que fue la última lectura de Parrafus el año pasado.

La peli está bien; es la típica película de crímenes y pistas. Aunque es un poco amarga para mi gusto, acá me soplan que Leonor Watling compensa un poco esa amargura.

Ahora, digo yo, ¿había necesidad, entre tanto crimen, de matar también a Fermat? La historia que se narra en Crímenes ... es contemporánea de la demostración del famosísimo último teorema de Fermat. El último teorema de Fermat fue enunciado por el señor del mismo nombre en el siglo XVII, pero su demostración se hizo esperar más de tres siglos hasta Andrew Wiles. A esto se suma que el enunciado sencillo del teorema y las recompensas prometidas por su resolución atrajeron a toda clase de sabios y locos a intentar una demostración, así que incluirlo es todo un detalle para una novela policial como ésta. Así las cosas, vemos en la película la excursión de un grupo de matemáticos con sus camaritas de fotos al congreso de Teoría de Números donde Andrew Wiles presentó su demostración. Me gustaba mucho esta parte en el libro. Me gustaba que la crónica matemática se mezclara aunque sea tangencialmente en la trama. Digo, no es que Andrew Wiles fuera el asesino, ni nada por el estilo. Pero la historia andaba por ahí. La verdad es que esperaba ver esto en la película, en particular después de que leí que Alex de la Iglesia estaba muy contento después de haber filmado el pizarrón con la expresión "QED" que indica que la demostración ha terminado. Sí vi las tizas y el pizarrón en la película. Sólo que teorema y matemático aparecen ocultísimos detrás de seudónimos: se menciona un teorema de Bormat demostrado por un sujeto llamado Henry Wilkins. Supongo que para el gran público será lo mismo, no ví que las multitudes acamparan a la salida del cine para quejarse, pero mi corazoncito matemático se siente un poco decepcionado. No fue lo mismo, después de haberlo disfrutado en el libro, ver en la película la demostración de un teorema cualquiera hecha por un fulano que ni conozco.

Buena suerte para julio!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí, de los bahienses (Boccanera, el autor de anoche, también lo es), me gusta Zambayonny.
Marcelo Perenchio

Marta dijo...

Y Manu Ginóbili??.... Perdón, es que lo de las olimpíadas se me subió a la cabeza. :)
Ahora, si querés darle otra oportunidad al bahiense Guillermo Martínez, leete la novela corta/relato Acerca de Roderer y el libro de cuentos
Infierno grande. Éstas son las dos primeras cosas que publicó Martínez, y las mejorcitas para mi gusto. Son algo viejitas, pero suelen andar (al menos aquí)
por las mesas de saldos. Y me parece que te pueden gustar.
Felicitaciones por el triplete de esta semana!!

Planvaste dijo...

Perdon por resucitar un post tan viejo, pero recien ayer vi la película y buscando un poco de sosiego para mi corazoncito matemático, tratando de averiguar por qué aparecen ese Bormat y Wilkins, terminé acá. La regla general es que el libro siempre supera a la película no? Alguna excepción?

Anónimo dijo...

Que perdida de tiempo en textos vacios