"Si las páginas de este libro consienten algún verso feliz, perdóneme el lector la descortesía de haberlo usurpado yo, previamente. Nuestras nadas poco difieren; es trivial y fortuita la circunstancia de que seas tu el lector de estos ejercicios, y yo su redactor" Jorge Luis Borges
jueves, 28 de febrero de 2008
Respuesta para Julián Sánchez
"Hola Marcelo, entré al blog sólo para saber si había alguna lista con los más ganadores, y si yo estaba... y no estoy. ¡Te olvidaste de mí! Si no me marra la cuenta, llevo 14 párrafus ganados en el 2007, y o en el corriente.
Julián Sánchez
P.d.: Es raro que no tengas ninguna ocupación más acorde con lo que parece apasionarte. ¿Por qué?"
¡Qué grandísimo honor, profesor!
¡Un oyente de la vieja guardia! ¡Uno de los primeros ganadores! ¡Un reincidente!... (Hasta que se mancó con Rivera.)
En este mismo acto, Julián, te declaro visitante ilustre del Blog, y el que no esté de acuerdo que hable ahora o calle para siempre.
Es más, te ofrezco oficialmente (en mi carácter de creador del Blog, que Hugo tanto destaca) la posibilidad de incorporarte como Autor, para que, así, puedas poner en lugar más destacado tus próximas colaboraciones –por ejemplo, tu versión de los hechos del día en que se leyó a Andrés Rivera, que acá generó terrible polémica...
Porque ahora, hoy a la mañana, encontré tu comentario en una Entrada de diciembre gracias a que, hace poco, dí con la manera de indicarle al sistema que me envíe a mi casilla de mails los Comentarios que reciba el Blog. Imaginate, no voy a estar mirando, cada vez que entro, el final de cada Entrada...para frustrarme casi siempre ante el “0 comentarios”.
Pero, yendo al punto, profe, no me queda más remedio que corregirlo. De ninguna manera me olvidé de vos. Es que los cómputos que viste, como el título de la Entrada lo indica, se refieren al 2007. Y es cierto: llevás 14 Párrafus ganados, pero del 2007 son solo 3; los otros 11 corresponden al primer año –incompleto, porque empezó en abril- del programa.
Según mi lista, tus últimas tres victorias fueron estas: 13 de marzo, Párrafus 141, con “Fuegia”. 26 de junio, Párrafus 182, con “La liga de los pelirrojos”. Y 26 de julio, Párrafus 195, con “El libro de los abrazos”.
Después vino la noche aciaga del 30 de octubre, cuando, no entiendo cómo, se produjo la gaffe que motivó, tras tu equívoca participación, la continuidad de la lectura hasta la aparición del segundo ganador. (Porque has de saber, Julián, que en una comunicación privada le manifesté al señor Paredero que, en mi opnión, aquella noche el ganador también fuiste vos, y le anuncié que el premio por mi siguiente victoria te lo cedería gentilmente... pero para cuando gané de nuevo, el 14 de noviembre, con Milton, me olvidé.)
En cuanto al 2006, con tus 11 victorias seguramente habrías estado en los puestos de privilegio (ese año le gané a María Suárez 19 a 16), pero, como en mis registros faltaban los ganadores de algunas noches, nunca incluí en el Blog el detalle de aquel certamen. Hace poco Hugo me envió la lista completa, con nombre, barrio y ocupación de cada ganador, y con el tiempo que duró cada lectura, pero, en definitiva, aunque lo había anunciado, la modestia me impidió hacer también el balance de aquel año.
Estas son las aclaraciones, Julián. Respecto a la pregunta de tu posdata, te remito a una Entrada reciente que titule “Ultimas victorias de mis días”. Ahí tal vez escribí algo sobre eso. Y, aunque decís que sólo entraste al Blog a buscar la lista de ganadores (y quizá no vuelvas, y, ¿para quién escribo yo, entonces?), te recomendaría también “Historia de mis victorias (N° 9)” y “Aclaración!!!”, donde se habla de aquella última intervención tuya en el programa.
Pero, para responder acá a tu pregunta, me pregunto: ¿hay un trabajo más acorde con la pasión por la lectura que el mío actual, donde, después de un par de horas de abrir y cerrar la puerta al personal del banco que se retira, dispongo de toda la noche para leer –y / o escribir? Sí, debe haberlo (entiendo a qué te referís, por supuesto, y si sabés de algo...), pero este no está tan mal.
Un abrazo.
Hasta la próxima.
Fin de febrero
Sobre la obra leída el martes, “El reñidero”, de Sergio de Cecco, Hugo ya lo dijo todo –incluso, en charla con la ganadora del concurso sucursal (Graciela de Caballito), un chusmerío retrospectivo sobre el triángulo conformado por el autor y la pareja protagónica de otra obra suya. En todo caso, fuera de la autovedada Internet, no tengo de dónde obtener algo al respecto
Lo que no me quedó claro es cuál fue el clásico de Sófocles que de Cecco trasladó al Buenos Aires del 900. Me pareció entender que se trataría de la “Orestiada”. Si así fuera, hay que decir que el autor argentino se adelantó a la extrapolación que Pier Paolo Pasolini hiciera en los años setenta para su film “Orestiada africana”, que, si no recuerdo mal, fue su último trabajo (¿inconcluso?) para el cine.
El ganador de esta noche fue Roberto López Motta, uno de los especialistas en teatro de entre los participantes de Párrafus.
Respecto del locutor-poeta, me gustaría trasmitirle por este medio –lástima que él no frecuente este Blog- que lo compadezco por las nuevas compañías que tiene ahora en los mediodías de Radio de la Ciudad, tras la asunción de las nuevas autoridades designadas por el ingeniero Mauricio (que no es macro) y los cambios en la programación. Pero, en fin, lo principal es que el compañero oyente haya conservado su puesto de trabajo. Lo felicitamos, entonces, doblemente: por su estoica labor en la radio y por una nueva victoria Parrafista.
Salud.
Miércoles 28
Mi dolor más grande
dijo Jan Erik
fue cuando mi joven amante
dormía.
La sonrisa que cruzó sus labios
fue con mucho más dulce
que cualquiera de las que me brindó.
Y por eso sentía más celos
de lo que guardaba para sus sueños
que de todas las sonrisas
que regaló a mis rivales.
¿Quién fue el que en las
profundidades del sueño
trajo la miel a sus labios?
James Purdy
Este poema es el único material que conozco del autor elegido por Hugo para esta noche. Apareció en el número 1 / 2 de la revista “18 whiskys” –que no tengo (la verdadera fuente, de donde lo copio, me la reservo).
Hugo leyó un cuento: “Por qué no pueden decirte el por qué”. La ganadora fue la oyente Ladislada Martínez, de Caballito. Es su segunda victoria. Ella había reconocido, el 13 de setiembre de 2007, las “Rimas” de Gustavo Adolfo Becquer. De uno de los autores más facilongos, digo yo, saltó a uno imposible. (A las pruebas me remito: Hugo mismo confesó a la ganadora que obtuvo una de las victorias más difíciles.)
¡James Purdy! Lo he oído nombrar (he leído su nombre), pero ni idea de quién es. Seguramente lo confundo con otro (con otro nombre), que ahora no recuerdo, pero lo primero que pensé cuando Ladislada dio la respuesta fue que se trata de un prolífico autor de best sellers yanquis de los años cincuenta y sesenta. ¡Frank Yerby! ¡Me acordé! Pero no, parece que no tiene nada que ver. De la charla entre Hugo y la ganadora, y con lo que Hugo abundó después, deduzco que este es un escritor más importante –aunque, cabe decir, también podría leerse a Yerby en el programa, como se han leído otros bestselleristas. Además, en el poco tiempo que quedó tras la agradable conversación, Hugo alcanzó a contar que Purdy estaría inscripto en esa espuria categoría (o categorización, que hacen los “conocedores”) de la literatura gay; el poema que copié, asimismo, pareciera sugerir esa doble sensibilidad que adorna a algunos artistas -lo cual enaltecería mi consideración de este autor. Para tenerlo en cuenta, entonces, si me topo con él alguna vez, en un futuro.
Ladislada, preguntada acerca de lo que está leyendo en estos días, habló con entusiasmo de un libro llamado “Mapas nocturnos”, y de su joven autor, Leandro Albani. Hugo, entonces, dijo que seguramente Perenchio, que estará escuchando, volcará esté dato en el Blog. Perenchio, atento a las subliminales indicaciones de nuestro virtual jefe de redacción, así lo hace.
Y a propósito de jóvenes autores... Antes del cuento de esta noche, Hugo hizo un importante anuncio: la lista de lecturas en las que no se incurrirá en repetición de autores, se estiró. De los 500 escritores distintos que se habían establecido, pasaremos ahora a 600. ¡Y cómo no! Sacando de la galera autores como el de hoy, también puede llegarse al millar... Pero ya lo dije a fin de año pasado: se van acabando las cuarenta del mazo, se vienen tiempos difíciles en Párrafus... Otra razón más para retirarme de la competición ahora, triunfante, y dejar el camino expedito para los perseguidores –o para las nuevas camadas de participantes. Además, con la energía puesta en otras escrituras, podría suceder que la lectura número 600, de acá a dos años, más o menos, fuera “Panóptica”, de Maximiliano Medina... pero entonces tampoco reaparecía para ganar, de pura verguenza -y sería un nuevo Ininterruptus.
Fin de febrero
Y a propósito del certamen, debe decirse que febrero se cierra sin ganador mensual. En los escasos seis programas del mes, no hubo oyente que repitiera la victoria –tal como sucediera en el acotado diciembre. Lo bueno es que entre esos seis apareció un ganador nuevo: el ya saludado Alberto Lagunas, de Rosario.
En cuanto al triunfo más veloz, el cetro (según mis irregulares registros)sería para López Motta, quien, con “El reñidero", ganó en 30 segundos. Felicitamos al oyente de Sarandí y le deseamos que reciba su premio a la brevedad.
¡¿Y los premios mensuales de enero, Huguito, para cuándo?! Y a ver si para disimular la demora te esmerás en los regalos, ¿no? ¿No tenés otro con los cuentos completos de Quiroga –que a mí gusta, aunque despotrique Borges?
Bueno, gracias igual.
Chau.
miércoles, 27 de febrero de 2008
Mundo inconexo
Ya no de los parrafus grabados, sino de los verdaderos, de esos donde estamos pendientes del género, para ver si lanceamos, o en caso de no tener idea, hacemos una ocasión propicia para aprender.
Fueron 18 días sin emisiones de los PI, esos momentos de vértigo nocturno, cuales Dráculas en busca de sabrosas yugulares, que en nuestro caso son novelas, cuentos, obras de teatro o poesías.
Respirose el ahínco parrafero, puesto de manifiesto en la bitácora [vulgo blog o pagineta], donde en pleno mes atípico, superamos ampliamente las 27 entradas de noviembre, como para [intentar] paliar la ausente bocanada parrafera.
Promediando febrero, vuelve el archicodrade, pero las cosas no son para nada sencillas.
Publiqué una entrevista a García Caffi, el director de LRA, donde mencionaba la importancia de la página de internet y otras webadas.
Hasta ahora, el sitio de LRA, sigue siendo de lo piorcito.
Intentar escuchar la radio en vivo, es una tarea ímproba, a la vez que extenuante.
Cosa que no sucede ni con LS1 [Radio de la Ciudad], y menos con otras emisoras porteñas.
Si hasta una emisora chica como FM Urquiza mantiene sus emisiones con escaso personal y virtuales recursos!
No tengo navegadores, que logren reproducir la radio en vivo, y en materia intenetiana tengo varios truquillos, pero no he dado [aún] con la solución.
Una verdadera pena, que la programación quede reducida al espectro radioeléctrico, y no se use el canal de internet, o peor aún: parece que se brinda, pero es un logro inalcanzable.
En los tiempos que corren, y aún desde la propia ciudad, sintonizar la AM, es un laburo tan interferido, que varias oficinas, optan por esta salida, la de captar la señal vía web, y participar ya de otro modo en el programa, por la vía del correo electrónico, entablando un ida y vuelta mas ameno con los conductores, cuando el mensaje es pertinente.
Una alternativa es que la gente del control de LRA verifique si efectivamente están al aire por internet, o que algún internauta avezado, nos confirme si llegó a buen puerto, intentando escuchar la emisión radial por internet. Si no fuese mucha molestia, agradeceria aclare navegador y versión, i.e. Internet Explorer 7, Mozilla 2, u otros ..
Voy a Supercanal, empresa de cable que subía la señal de LRA y la pasaba por el canal 77.
Parece ser era el único marciano que se prendia de esa señal, ya que al sacarlo días atrás, simplemente nadie chilló.
Hice varios llamados, hasta ahora infructuosos.
No pierdo la esperanza, por mas que sea un llamado a la solidaridad.
Porque, así sacaron de la grilla canal a, dos años ha.
Sigo enviando notas, y asentando poemas en el Libro de Quejas, pero o les gusta que un extraterrestre se queje sin patear, ni gritar, o sencillamente no les interesa.
Pocos imaginan las bondades que tiene esto de agarrar radio por TV. En enero pude comprobarlo a través del servicio de Direct TV, donde pasan varias radios: muchas son puramente musicales, pero hay de las otras, como la de radio Caracol.
La utilización del dispositivo TV para captar radio, supo traer mas de un encontronazo familiar. Los párvulos aducen que la televisión es para ver canales de TV, así que "dame el contro por favor".
En otras ocasiones, cuando Morfeo estaba presto a una victoria por KO antes del round de las 0:30, solía acudir a grabar el programa en una cinta de videocasete, para luego en un momento de paz, escuchar y revivir el Parrafus en diferido.
Febrero viene calentito, ya lo enfriaremos, para dar la estocada final, como hacía el conde trasnochado ..
Alberto Lagunas entrevista a Alejandra Pizarnik
Reportaje publicado en 1966 en un [ya desaparecido] diario de Rosario
EL REPORTAJE
A.L: ¿Sabe realmente cuándo comienza a escribir un poema, en
otras palabras, cree en la inspiración?
A.P.: No puedo creer en la "inspiración". Pero no se trata de una
creencia sino de asistir a una evidencia.
A.L.: ¿Cómo "trabaja' o "siente" la poesía que hace?
A.P..: Casi siempre trabajo mis poemas a larga distancia. Me importa mucho el rol de la noción de distancia en la compleja relación
autor-poema. Pero distancia, en lengua argentina, suele equivaler a
frialdad. Ignoro el sentido de este término y agrego que necesito más inspiración (o como quiera llamarse) para trabajar un poema que para alumbrarlo (verbo más adecuado a la segunda etapa, la del trabajo, que
no conviene llamar trabajo por su connotación utilitaria). No sé qué otro término podría emplearse pero yo hablaría de intento de curación o de reparación del poema, lo cual no tiene relación alguna con el acto aplicado
y escolar de corregir cuartillas con fines de perfección externa de eso que llaman forma.
A.L.: ¿Qué significan para Usted los premios?
A.P..: Una cierta suma de dinero. En cuanto a los premios honoríficos,
o sea sin billetes, les quito todo derecho de autodenominarse premios.
A.L.: ¿Cómo ve el panorama literario argentino?
A.P..: No logro verlo. En cambio, vislumbro el panorama literario latinoamericano: Vale la pena frecuentarlo.
A.L.: ¿Qué nombres marcarían el siglo XX literario?
A.P..: Kafka, Breton, JoyceSigma
A.L: ¿Se atrevería a definir la poesía?
A.P..: No. No me atrevería.
A.L.: ¿Habría diferencia entre "lo poético' y "lo literario'?
A.P..: Hay inmensas diferencias. El sol es poético y no es literario. Cualquier objeto y cualquier sujeto puede ser poético sin ser literario.
Por otra parte, hay que distinguir entre lo poético y el poema, como así también entre lo literario y la literatura. O sea, lo poético y lo literario son atributos inmanentes de sujetos y objetos variados. La alquimia poética o
la alquimia literaria puede hacerlos "visibles' como diría Paul Klee, y es
esta una de las razones por las que la poesía y la literatura son apasionantes.
A.L.: ¿Qué le preocupa más cuando da a conocer un libro de poesías?
A.P..: Cuando doy a conocer un libro de poesías nada me preocupa
porque me alegra demasiado la perspectiva de quitarme de encima el peso
de mis poemas, tan livianos cuando dejan de ser míos o inéditos y cuando algún lector privilegiado los asume y, así, me ayuda a compartir el terrible peso de la palabra solitaria, que deja de serlo gracias a esta operación maravillosa como es el encuentro entre un lector y un poema.
A.L.: ¿En qué está trabajando actualmente?
A.P..: Estoy esperando que sea octubre para ver publicado por Sudamericana mi sexto libro de poemas: "Fragmentos para dominar el silencio" (1). Entretanto, trabajo en poemas nuevos (creo que nuevos en todos los sentidos de esta palabra ambigua) que constituirán un séptimo
libro de poemas. Aún no tiene título pero yo lo llamo "J.B." por Jerónimo Bosch (algunos poemas se relacionan con dos cuadros de él). En fin,
ignoro si se trata de un libro o de una prueba en el sentido trágico y
antiguo, cuando el destino probaba a una criatura humana infligiéndole alegrías y desdichas peculiares. Pero prefiero no seguir hablando de lo que aún no es.
Notas:
(1) "Fragmentos para dominar el silencio" volumen que luego llevó por título "Extracción de la piedra de locura" (Sudamericana, 1968).
(2) "J.B." es posible que sea "El infierno musical" (Fondo de Cultura Económica, México, 1971-72). Ambos títulos aluden a obras del pintor flamenco.
Tercer Encuentro Santafesino de Parrafistas -más filial Trelew (*)
Yo raramente pasaba de la primera mesa. A lo largo de, por lo menos, los dos últimos años, encontré ahí cosas increibles por tres pesos. Los libros son usados, claro, de segunda o tercera mano, pero enteros y en buen estado. Y hay de todo. Hace un tiempo, bastante, antes de Párrafus, vi ahí un ejemplar de "Zappingmanía", de la colección La mandíbula Mecánica (si no me equivoco), cuyo autor es Hugo Paredero. No lo compré, aunque recuerdo que algo me decía que debería hacerlo. No sé si el mismo día, o poco después, encontré "TV guía negra", de Carlos Ulanovski y Silvina Walger, ediciones De La Flor, que sí me llevé, y el año pasado, en la feria del Libro, se lo regalé a Hugo.
De esto hace mucho, es cierto, habrá sido a principio de 2006, y ya por entonces los libros de esa mesa estaban a tres pesos; es decir que duró demasiado esa oferta, igual que el boleto mínimo de colectivo a 75 centavos, pero, de todos modos, cuando ahora cambiaron los números de esos letreros, me indigné santamente y prometí ante el altar de mi propia divinidad interior que no volvería a comprar en esa librería; al colectivo, en cambio, debí aceptarle el nuevo costo.
En el fondo, la razón también es otra. A cinco pesos, aquellos libros siguen siendo un regalo. Pero no quiero comprar más libros. Tengo muchisimo material acumulado sin leer, o pendiente de una relectura, y ya no me queda espacio donde albergar tanto papel (también son revistas, que también compraba, y suplementos de diarios viejos que conseguía y me llevaba de distintos trabajos). Pero a veces es inevitable: veo en una mesa de ofertas "Diario de un seductor", de Kierkegard, y, aunque hoy por hoy no me interese ingresar en esa filosofía, tengo que llevarlo, para un futuro... Y, como en ese caso, se encuentran a precios irrisorios todo tipo de novelas o antologías que, en ediciones nuevas, para mí son inalcanzables, y entonces no las puedo dejar. Aunque después, en casa, apenas las hojee ligeramente y las deje a un lado, para otro momento... que no llega nunca. Pero algunas, al menos, me sirvieron para ganar en Párrafus... de donde proceden más libros, casi sesenta ya.
Me había dicho, entonces, hace cosa de un mes, cuando cambiaron esos precios, que a aquel comercio no volvería.
Pero este lunes Hugo leyó los "Himnos a la noche", de Novalis, y el ganador fue un señor Alberto Lagunas, que llamó desde Rosario.
Primera vez que gana, así que nuestro conductor aplica la batería de preguntas de rigor. Ante la consulta acerca de su actividad, el oyente cuenta que es profesor de literatura y, además, se declara escritor. En un solo arrebato, cuenta que ganó el concurso de editorial Losada de 1980 y que colaboró también en la revista Humor, en la misma época en que Paredero allí hacía roncha; a propósito: Alberto, sin solución de continuidad, pasó al recuerdo de una nota del Hugo sobre una escritora nacional (no leída todavía en Párrafus), a quien Mujica Lainez (el Parrafista 32 ) llamara "gaucho con concha". Entonces Hugo, tras ayudar al pudoroso oyente a contar la anécdota, dice que le suena su nombre. Y a mí también me sonó.
De repente, me vino a las mientes una tapa vista en mi última visita a la librería de avenida de Mayo. Esa vez había advertido que, en consonancia con la variación en las cotizaciones, se había llevado a cabo una de las periódicas rotaciones de libros en las mesas de mi predilección. Por ejemplo (aunque esto sea difícil de creer), recuerdo que vi diseminadas a lo largo y ancho de la segmentada mesa, en distintas filas, muchas novelas, casi todas de Emecé, de esta escritora nacional que recién mencionaba. Me acuerdo porque me llamó la atención la cantidad de títulos de los que es autora -yo tenía presente unos pocos que en su momento fueron best sellers. Y además, en una misma fila, apoyados unos en otros, se alineaban varios volúmenes de la serie Narradores de Hoy, del Centro Editor de América Latina, de comienzos de los '70. Ahora recuerdo que otros eran de Pablo Urbanyi, Mario Schizman, Norberto Fuentes, Adolfo Colombres, Alicia Steinberg. Y uno era de Alberto Lagunas. No recordé el título (tampoco de los otros, excepto “Músicos y relojeros”, de la Steimberg) pero estaba seguro de que el hombre que hablaba con Hugo era el autor.
Al día siguiente (hoy), antes de entrar al banco, pasé por la librería y, misteriosamente, no tuve que buscar casi nada. En la tercera o cuarta columna en la que hurgué, encontré el libro. Todavía estaba allí. Se llama "El refugio de los ángeles". Rompí mi promesa, por supuesto, aboné los cinco pesos (¡cinco pesos!) y me lo traje.
Copio de su contratapa:
"Alberto Lagunas nació en San Nicolás (Prov. de Buenos Aires) en 1940. En 1967 publicó su primer libro de cuentos, 'Los años de un día'. Ha colaborado intensamente en diarios y revistas de Buenos Aires y del interior del país, y ha formado parte de los consejos de redacción de El Escarabajo de Oro y de Setecientos Monos. También es autor de un libro de poemas: 'Ayeres' (1973). La nueva colección de relatos de Lagunas, 'El refugio de los ángeles', ha merecido ya la Mención de Honor en el concurso de narrativa de la Dirección Provincial de Cultura de Santa Fe en 1971. En este libro el escritor certifica que ya ha alcanzado la madurez en su oficio: las aperturas fantásticas, las eclosiones líricas, los paseos por la historia y el espacio, se integran armoniosamente en un tono narrativo que no necesita del folklore para ganar su originalidad."
En la contratapa, debajo de este texto, una fotografía en blanco y negro muestra a un hombre en su treintena, de ceño bajo, frente ancha, cabello abundante. Viste un saco oscuro y la corbata, de esas finitas, de antes, se pierde bajo un pullover de escote en V. Mira a cámara con ojos severos y no sonríe, pero parece amistoso. Si supiera cómo, debería insertar esa imagen acá, pero todavía no doy en la tecla con las instrucciones que me envía Quique de Trelew, quien, por su parte, ya inserta videos en el Blog y un día de estos se nos aparece en casa mediante un holograma.
(A propósito del Quique Figueroa y sus trasvasamientos tecnológicos: ya conté una vez que para la creación de este Blog me inspiré en el suyo (Carpe Diem), conocido a partir de un mail que enviara a Párrafus con palabras elogiosas acerca de la franqueza de ese Perenchio que ganaba todo en aquel diciembre del 2006 y se daba el lujo de rechazar, con entero menoscabo, un libro que le ofrecían como premio (“La señora Ordoñez”, de Martha Lynch). Hay que contar ahora que, desde hace cosa de un mes, en Carpe Diem (www.quiquef.blogspot.com) pueden escucharse las columnas radiales que el tipo escribe y difunde a través de la FM Urquiza de Capital Federal, los martes y viernes a las 13.00, en el programa de un amigote suyo que lo invitó a participar. Felicito a Quique por este crecimiento suyo en el mundo de las telecomunicaciones, y me disculpo por no haber destacado antes, en este Blog, tan satisfactoria novedad; no encontraba el tiempo, o la oportunidad... es decir, me enteré en febrero.)
Por último, copio el epígrafe que Lagunas puso a sus cuentos:
"¿Quién me escucharía de entre la jerarquía de ángeles
si yo gritase?
Y aún cuando en su propio corazón
alguno me tomara de súbito
me aniquilaría su ser más pujante
porque lo bello
es el primer escalón de lo terrible
y si aún lo soportamos
es porque en su calma desdeña destruirnos."
No digo el nombre del autor de estos versos porque todavía no se leyó en el programa. Digo que estas son las cosas que me animan -estas apariciones y hallazgos-, y que frente a esto es casi nada que el viernes, en la última entrega (por ahora) de "Los otros Parrafistas", Borges nombrara lateralmente a Novalis.
(*) Los otros dos encuentros fueron el de Fernando Terreno con su antigua profesora de Firmat y el mío con el hoy rosarino Pablo Graciani.
sábado, 23 de febrero de 2008
Quijotadas
Del mismo modo que ocurrían en la primera parte, el Prólogo empezará de manera retórica, poniéndose Cervantes en el lugar de lector, y suponiendo desde ese lugar, la espera de venganzas, riñas y vituperios contra Avellaneda, autor de la falsa continuación del Quijote.
Aunque enseguida, avisará al lector, que de ninguna manera darale ese contento, y por supuesto, todo el Prólogo tendrá [aparentemente] como único interlocutor y destinatario a aquel desconocido autor. Porque, el realidad, ese Prólogo habla de otras cosas al mismo tiempo que responde uno a uno, los muchos dichos de Avellaneda, del prólogo de su apócrifa continuación.
Cervantes dirá con ironía, que no le pasa por el pensamiento que se trata de un asno ni de un mentecato ni de un atrevido.
La parodia es el diálogo que establece un texo cualquiera, con otro que lo antecede en el tiempo. En el caso del Primer Quijote, el soporte, eran los libros de caballerías.
En el Segundo Quijote ningún programa aparee explicitado en esta instancia. Pero sí aparece desde la ficción, a través de la inclusión de dos cuentos de locos y de perros en el mismo prólogo. Estamos hablando no de parodia, sino de intertextualidad, de otra forma de hacer hablar con textos que anteceden al que se está generando. Y eso hace Cervantes al interpolarlos. Atraviesa el Prólog con el mismo funcionamiento que uitlizará a lo largo de todo el libro que está por comenzar. Nos lo avisa.
Aunque el Segundo Quijote es otro libro.
Además de la intertextualidad con el primero, se suma la interacción con la falsa continuación de Avellaneda.
El universo de los libros de caballería es solo una sombra. Es en demasiados momentos, una abierta parodia del Primer Quijote.
Al final del Prólogo, don Miguel escrbirá: "esta segunda parte te doy a Don Quijote dilatado y finalmente muerto y sepultado, porque ninguno se atreva a levantarle nuevos testimonios, pues bastan los pasados". Escrito por él, y no por Avellaneda.
Como vemos, estos textos de Federico Jeanmaire de "Una lectura del Quijote", muestran como de la bronca y de la necesidad, emerge una segunda parte reescrita en muy poco tiempo, y con un vértigo poco usual. Elementos que le agrega Cervantes, para obtener un resultado, que no puede ser leído en forma lineal, sino con una dosis de tiempo y reflexión para su mejor disfrute.
Febrero, balance, carnaval, ¿retirada?
Febrero, podría parafrasear -ya que hace poco estábamos con Eliot-, es el mes más cruel -y baldío.
Me siento apagado durante este mes (el de mi cumpleaños) y tengo la impresión de que esta noche interna no se acabará más. Quién sabe por qué...
El año pasado, sin embargo, fue durante febrero que pergeñé este Blog. Por ahí anda una Entrada -“Nacimiento del Blog”-, una entrada que antes fue una carta, donde esto se testimonia.
Ahora, otra vez en febrero, la repetición de programas propiciada por las vacaciones de Hugo provocó en mí un conato de nueva idea: una sección que podría llamarse “Antes del Blog”. Fue, sobre todo, la nueva escucha de los Párrafus donde fueran convocados en vivo y en directo Carlos Gorostiza y Abelardo Castillo lo que me estimuló a esbozar una glosa de aquellas lecturas A. de B. (En realidad, solo esos dos, de los seis que se repitieron, corresponden a emisiones del 2006; los otros cuatro fueron muy recientes, todos de este año, y además, entre ellos, hubo dos con la intervención del intratable Perenchio, que es lo menos estimulante que hay...) También debería hacer una corrección a uno de mis textos, aquel en el cual, a causa de un recuerdo imperfecto, le atribuyo a Julián Sánchez, el profe de Temperley, la suerte de haber podido conversar en dos oportunidades con los autores leídos: con Carlos Gorostiza y con Eduardo Belgrano Rawson. Ahora compruebo que, al menos en el primer caso (y también cuando Abelardo), aquello no fue así: el autor salía al aire después de la charla entre Hugo y el oyente.
Pero, tanto para las glosas retroactivas como para la aclaración, me faltó empeño, y durante este tórrido mes sólo atiné a improvisar algo parecido -“Los otros Parrafistas”-, como para salir del paso ante la mudez casi absoluta a la que me somete febrero.
A propósito de esta serie de citas, o de su título, dije, en un Comentario a un texto de Fernando Terreno, que era una ironía dirigida a los reticentes oyentes del programa, que no quisieron pasar a Parrafistas de este Blog. Al final dije también que la efectiva reaparición de Fernando me haría replantear esa irónica exigencia. Después, a la semana siguiente, continué la serie: o sea, del replanteo salió fortalecido aquel reproche.
Pero, ¿quién soy yo para hacer reproches? Bueno, el idealista de siempre.
Lancé el Blog creyendo que los oyentes de un programa como Párrafus, oyentes activos, partícipes, lúdicos, tendrían interés en ahondar la huella que los llevó a ser lectores, ahondarla escribiendo, contando sobre ello. Esa fue mi propuesta inicial: que cada oyente (o algunos de ellos) contara por este medio las circunstancias o la manera de cada rememoración triunfante. No era pedir mucho, creo, y no esperaba análisis sesudos de las obras descubiertas ni buceos autobiográficos en busca del origen de cada lectura. Además, esta intención mía no era excluyente ni limitativa: sólo es pobre. Fue lo que, muy básicamente, se me ocurrió a mí; pero cualquier otro oyente podía enriquecer esta página elucubrando cualquier otro material alusivo (o no) al programa.
Bueno, algunos lo hicieron; Quique Figueroa, el primero. Sin mayores pretensiones, abundando más que nada en la obra o el autor leído; ensalzando, siempre amable y respetuoso, a cada oyente ganador; con excesivo pudor, tal vez, en ocasión de sus propias victorias; compartiendo curiosidades en torno a asuntos librescos o musicales; proponiendo acertijos en estas últimas semanas de abstinencia competitiva..., pero, ¿qué digo, entonces? ¿”Sin mayores pretensiones”? Todo esto es mucho más, seguramente, de lo que yo mismo, engreido y monotemático (yo, yo y yo), pude ofrecer a lo largo de este año de Blog.
Y, además del Quique de Trelew, Fernando Terreno, el ingeniero de Chacarita, que después de un texto aislado sobre aviones y aviadores, hace unos meses, volvió en estos últimos días con nuevas Entradas y Comentarios. También Marta, la esporádica comentarista que, al principio con los tapones hacia adelante (hacia la humanidad del que esto escribe), mostró la firmeza de su escucha del programa, así como la de sus convicciones. También Pablo Graciani, quien, más que nada por fidelidad a nuestra pretérita camaradería, hizo un par de intervenciones y después solo perduró insensiblemente en la corta lista de autores del Blog. Y Eleonora, la autora del primer Comentario, que reapareció hace poco buscando una obra de la Marguerite que todavía no se leyó en el programa -mejor no nombrarla. Y Jorge Aloy, que con un muy buen texto se prendió brevemente en la polémica "Googlica" con la que en cierto momento traté de darle un poco de color al guiso. Y Ana de Villa Crespo, oyente consuetudinaria de las noches de Nacional, a quien, tras su terminante Comentario y posterior silencio, invité y desinvité a incorporarse como autora del Blog -de lo cual todavía no sé si me arrepiento. Y la fugaz Amparo, la de la Costa Brava, que apareció para patear el tablero en diciembre, pero también fue bienvenida.Y Gonzalo, el último que se hizo amigo, quien reencontró por este medio a un antiguo profesor. Y un par de anónimos -o seudoanónimos-, que también aportaron.
Creo que no me olvido de ninguno. Fueron, digamos, una docena de oyentes los que, a lo largo de doce meses, participaron también del Blog. ¿Promedio? ¿Balance?
Me acuerdo de mi crónica sobre el Párrafus en vivo durante la Feria del Libro. También ahí me quejé de la escasa concurrencia. Pero, ¿qué espero yo? ¿Qué pretendo? ¿Hinchadas de futbol leyendo en las gradas los libros que a veces se reparten en las canchas, mientras en el verde cesped aquellos veintidós -o ventitrés- actúan para nadie?
No sé, pero me desanimo.
Me sostuvieron firme en la brecha ("incomprendido pero impertérrito", que es de Cortázar, de 62 Modelo para armar") palabras de dos oyentes.
Uno, Fernando Terreno. No recuerdo si en un mail o en un Comentario, Fernando dijo que leer mi reseña semanal era como volver a escuchar el programa, y era útil para enterarse si es que se había perdido alguno. No digo a qué textos dijo que le recordaba lo mío, ni de cuál autor, por pura modestia.
Otra, María Suárez, quien, para consolarme de aquella queja, me dijo que a lo mejor la escasa participación en el Blog se debe a que -cito textual- "tu escritura intimida". No sé qué me habrá querido decir, pero me gustó. (A propósito: yo no puedo revelarlo -si ella no lo hizo-, pero el día que supe quien es María Suárez y lo que hizo y hace de su vida... le dije que me alegraba superlativamente de ser su sucesor en lo más alto del podio Parrafista.)
Pero, en síntesis, la cuestión es: ¿podré seguir sosteniéndome en eso?
Ya veremos. Por lo pronto, el próximo lunes se reinicia el certamen -quiero decir, vuelve Párrafus. Es la última semana del mes, y hasta ahora, en los tres primeros programas, hubo tres ganadores diferentes, así que, entonces, si...
Pero, ¿es bisiesto este año, me caigo y me levanto?
viernes, 22 de febrero de 2008
Unos parrafistas en potencia
Ellos también se toparon con algún que otro cambio. Nosotros nos la pasamos de cambio en cambio, y [muchas veces] perdemos el foco con mayor facilidad.
Los libros por suerte, tienen cambios, pero conservan la esencia. Por mas que en sus primeros tiempos haya tenido gran resistencia!
Los otros Parrafistas VIII
-No sé si usted sabe que yo soy de familia oriental. Mi abuelo Borges nació en Montevideo, antes de la Guerra Grande. Y estoy vinculado con familias como la de Haedo, la de Melián Lafinur y otras. Pues bien, después de haber declarado esto, me atrevo a declarar que el valor de los cuentos de Horacio Quiroga me parece –no diré absolutamente porque no debe emplearse ese adverbio-, pero me parece casi nulo. Creo que Horacio Quiroga es una especie de superstición oriental, o, mejor dicho, uruguaya, ya que corresponde a lo que el país es actualmente. El estilo de Quiroga me parece deplorable, su imaginación me parece pobre y, además, me sucede con los cuentos de Quiroga el hecho de que, al leerlos, nunca puedo creer en ellos, y creo que esto es muy grave; creo que mientras leemos un cuento, debemos creer en él. Y, además, aquí debo recordar una observación de Novalis. Dice Novalis que hay muchos pasajes en los libros que corresponden al lector y no al autor. En cambio, Horacio Quiroga parece no haber sentido esa diferencia. Horacio Quiroga se maravilla de lo que está contando. Horacio Quiroga usa palabras como ‘atroz’, ‘terrible’, ‘estupendo’ quizá, que corresponden al lector, no al autor. Es decir, Horacio Quiroga es un lector demasiado admirativo de su propia obra. (...) En cuanto a la poesía de Quiroga, parece una suerte de parodia –de parodia involuntaria- de la poesía de Herrera y Reissig, que también parece una parodia. Por ejemplo, usted me preguntó hace un rato si yo recordaba versos. Pues bien, recuerdo versos de Quiroga. Recuerdo estos versos: “...de los verdes jarrones japonistas...” Esto no lo he inventado yo. Y luego un poema sobre un “Combate naval” en que se habla de “...la vanguardia marina de los cadetes.” Eso él lo publicó en “Los arrecifes de coral”, y permitió que fuera reeditado después. Posiblemente yo he escrito versos no menos ridículos, pero también he sabido avergonzarme de ellos y borrarlos
“Siete conversaciones con Jorge Luis Borges”, Fernando Sorrentino, Casa Pardo, 1973
Borges, Parrafista 7, 18 de abril de 2006 – Horacio Quiroga, Parrafista 16, 9 de mayo de 2006
APÓCRIFOS
Un poema titulado “La marioneta” se le atribuye a G.García Márquez donde enumera todo lo que haría con lo que le queda de vida, al enterarse (supuestamente) de que tiene un cáncer terminal. Y hay otro circulando ahora, siempre en la línea plástico-norteamericana-autoyuda-orientalista-neoexótica.
Hay otro, muy famoso y recitado (¡¿?!), atribuido a Bertold Brecht que comienza así: “Primeron vinieron a buscar a los comunistas.../Después vinieron por los...” y cuyo autor es Martín Niemöller, militar, luego pastor y finalmente militante pacifista, Premio Lenin de la Paz 1971.
Hay otros textos apócrifos de origen mucho más honroso puesto que implican admiración por el autor, son de gran calidad y a veces con el simple afán de sortear la censura. Dicho sea de paso, Cervantes tuvo que lidiar con una segunda parte apócrifa de su Don Quijote.
Estas líneas tienen datos tomados de:
Enrique Medina, “Es Niemöller, no Brecht” artículo publicado en Página 12
Marcela Mercado Luna, Revista Axolotl N° 13, “Hazte fama y...
jueves, 21 de febrero de 2008
Unos instantes con Leopoldo y Jorge Luis
En 1896 Lugones se instala en Buenos Aires y se casa con Juana González.
Se une al grupo socialista de escritores, escribió en el periódico socialista "La Vanguardia" y en la "Tribuna", órgano del roquismo y se ganó al distinguido auditorio del Ateneo.
A los 22 años comienza a escribir en "La Nación", promovido por su amigo Rubén Darío. Publicó su primer libro "Las montañas del oro" (1897), basado en una influencia tardía del Romanticismo Francés.
Lugones plasmará sus habilidades para escribir cuentos de misterio.
Este trabajo junto con los "Cuentos fatales" (1926) renuevan el género de la forma breve e inician una fecunda tradición en el Río de la Plata, en la que se inscribirán escritores como Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Julio Cortázar.
En 1901 ocupó el cargo de inspector de secundaria y normal bajo las órdenes de Pablo A. Pizzurno y Virgilio Magnasco.
Posteriormente asumió la inspección general donde concretó varias de las ideas plasmadas en su estudio sobre la "Reforma educacional": cursos especiales en vacaciones, fundación del Instituto Nacional del Profesorado Secundario, creación de las cátedras de Educación Física y Dibujo, reglamentación para el ingreso de alumnos a la enseñanza secundaria.
Más adelante fue comisionado en viaje a Europa para estudiar las novedades pedagógicas.
En 1915 se hizo cargo de la dirección de la Biblioteca Nacional de Maestros que ejerció hasta su muerte.
En el homenaje que se hizo el pasado 18 en Villa María del Río Seco, Cba., Kodama habló de la influencia de Lugones en Borges. Acto seguido, una escritora diría unas palabras, y ahicito nomás sobrevino el desastre: la lectura del poema Instantes, injustamente atribuido a Jorge Luis.
Vean sino, el gesto de dolor esgrimido en la foto, cuando escucha tamaño erro/horror.
Uno no tiene por-qué conocer la obra borgeana, pero al menos en el marco de un acto, saber lo que no debe hacer. El poema en cuestión circuló con insistencia durante los 80' bajo la supuesta autoría de Borges. Pero su lectura nos remite a un texto de autoayuda, antes que a cosas de literatura ..
Ludicum Ferrum
El hombre de la máscara de hierro es un misterioso personaje francés del siglo XVII, que fue encarcelado por razones desconocidas y permaneció encerrado hasta su muerte en la prisión de la Bastilla.
Mientras estuvo en prisión su rostro fue cubierto con una máscara [probablemente hecha de terciopelo], aunque la leyenda dice que era de hierro.
Según la leyenda, el personaje murió en 1703 y fue enterrado en el cementerio de San Pablo de París con el pseudónimo de Marchiali, pero su verdadero nombre y las razones por las cuales había sido encerrado eran considerados Secreto de Estado.
Otra referencia es la de Alejandro Dumas, quien en el siglo XIX, en, El Vizconde de Bragelonne se ocuparía del asunto.
En la obra narra que el Hombre de la Máscara de Hierro probablemente era un hermano de Luis XIV de Francia nacido gemelo, o de relaciones extramatrimoniales de Ana de Austria con el conde de Buckingham; lo que le añadió la imaginación popular al asunto.
Otros le consideran origen de una unión entre Ana y el Cardenal Mazarino o como hijo bastardo de Carlos II de Inglaterra.
Con el tiempo, tales argumentos contribuyeron a abonar el mito de su existencia.
Los registros preservados de la Bastilla dan cuenta de un hombre misterioso que estuvo prisionero durante décadas.
Una multitud de personajes fueron en un cierto momento los Máscara de Hierro, algunos de ellos son:
- Un hermano gemelo de Luis XIV
- Un hermano mayor bastardo de Luis XIV
- Molière, el dramaturgo francés
- Nicolás Fouquet, ministro de finanzas de Luis XIV
- Mathiolli, un estafador
- Dubreuil, un espía de confianza y que por un fiasco terminó condenado
- Eustache D'Auger, arrestado por razones desconocidas
Los otros Parrafistas VII
Ricardo Piglia, "Formas breves", Tema, 1999
Piglia, Parrafista 170, 29 de mayo de 2007 – Dostoievski, Parrafista 15, 4 de mayo de 2006
miércoles, 20 de febrero de 2008
En fecha equidistante
Muy felices cumpleaños.
martes, 19 de febrero de 2008
Ludicus II
Su madre cuenta que en pleno desarrollo de la gran guerra, en medio de su trabajo de parto, se escuchaban los estruendos de los combates cercanos. Pasaron mas de 93 años.
Uno de sus cuentos dió origen a la película Blow - Up, que recibiera nominaciones al Oscar por mejor guión y mejor dirección.
Consultado sobre el boom de la literatura latinoamericana, el/la escritor/a, afirmaba:
"Para mí responde al azar, no creo fuera fruto de una maniobra editorial, los editores fueron detrás, no nos inventaron, vinieron después".
¿Quién será?
Entrevista a Eduardo García Caffi
–¿Podría decirse que también le falta cierta identidad a la emisora?
–En ese aspecto, el mirar atrás es trabajo de ustedes; para adelante, es mío. El papel de nuestra radio tiene que ser, fundamentalmente, defender la pluralidad de ideas y de pensamientos. En este marco, la radio tiene que hacer su aporte periodístico, pero también debe expresar nuestra cultura con las más diversas miradas y esta realidad debe estar expresada en un medio público. ... Seamos lo que debemos ser; escuchémonos los argentinos.
–Usted asumió a mitad de año con una programación ya estable. ¿Se producirán cambios en la grilla?
–Sí. Hay líneas en las que ya estamos trabajando. En las FM, que son radios temáticas, el lineamiento es que haya más música. Esto, sin dudas, es un reclamo del oyente. Con respecto a la AM, a la 870, lo que vamos a hacer de aquí a fin de año es una apuesta para que los argentinos se levanten de una manera diferente y más dinámica..
Pero el gran cambio va a ser la radio en sí misma: a la propuesta periodística actual le vamos a agregar un gran componente cultural y, por supuesto, los programas van a tener mayor musicalización.
..; también tenemos la inauguración de Radio Nacional Neuquén, por un decreto que ya firmó el Presidente, así que vamos a tener 41 emisoras ... Algo importante también es que vamos a tener la posibilidad de una muy buena página de Internet, de medios públicos.
- ¿Y qué va a pasar con RAE?
–RAE trabaja actualmente en onda corta, una banda que generalmente usan los países menos desarrollados. A mí me parece que, sin abandonar la onda corta, lo que vamos a dar es un gran impulso con Internet, porque vamos a poder acceder a todos los países con tecnología nueva y con formatos que te permiten, más allá de escuchar la radio, verla. Es muy importante que sepan cómo somos, cómo pensamos. Y a esto debe sumarse un manual de estilo porque me parece muy importante que estén claros los rumbos, los objetivos, cómo trabajar, cómo desarrollarse.
E.García Caffi tiene 54 años, integró durante una década el conjunto Industria Nacional, y trabajó en la gestión cultural de diversos organismos.
Entrevista de Alicia Petti, agosto de 2007.
El resaltado es nuestro.
La página de internet de LRA es decididamente el símbolo del abandono.
Discrepo con el uso de la onda corta. Sigue siendo una fuente de acceso universal.
Lamentablemente pocos ven el potencial del servicio RAE, pero es una herramienta desaprovechada. Basta ver una sinergia inteligente y planificada el caso de Radio France Internationale - RFI.
Parrafus Ludicus
El parisino Charles Perrault era letrado cuando fue convocado a formar parte de la corte durante el reinado de Luis XIV.
Se ve que el puesto le dejaba bastante tiempo libre, y Perrault escribió por entonces varios libros destinados a halagar la vanidad del rey y su corte, entre ellos Hombres famosos de la época de Luis XIV, que le valieron su incorporación a la Academia Francesa, en 1671.
Consiguió fama literaria cuando, a los 69 años, dio a la imprenta una serie de relatos infantiles con el título Cuentos de Mamá Oca, editados bajo seudónimo, por si los mismos fueren vergonzantes.
Esos cuentos - Caperucita Roja, Cenicienta, La bella durmiente del bosque y otros- cosecharon tan rápido favor del público menudo en casi toda Europa que Perrault decidió que su nombre presidiera ediciones posteriores.
Casi todas sus narraciones reconocen precedentes de autores italianos o de viejas leyendas populares, a la vez que admitieron diferentes versiones, expresadas con mayor o menor crueldad: en una adaptación de 1867, publicada en Praga, Caperucita es una adolescente pizpireta que debe vérselas con un ogro perverso, no con el Lobo Feroz.
- Buenos Aires, tiene un monumento que recuerda a Caperucita, dónde se encuentra actualmente, y cuál fué su emplazamiento original?
Tiene también una calle alusiva?, en que barrio?
A partir de 1821, los hermanos Grimm, alemanes, recrearon parte de los cuentos de Perrault, uno de los cuales trata sobre un rey despótico que mata a seis de sus siete esposas.
El tema inspiró una ópera del húngaro Béla Bartók, estrenada en 1911, cuyo título incluye el nombre de tan siniestro personaje.
- ¿Cuál es el título del cuento, y cuál el de la ópera?
La heroína de uno de los cuentos citados asiste a una fiesta calzando, supuestamente, zapatos de cristal.
- ¿De qué cuento se trata, y serían efectivamente de cristal?
Su ubicación [actual], es cercana al aromo del perdón, aquel donde bajo su sombra, Rosas tomaba mate y su hija Manuelita solía pedirle indulgencia para los condenados por motivos políticos.
Los otros Parrafistas VI
(...)
Max Brod creó la imagen de Kafka y la de su obra; creó al mismo tiempo la kafkología. A los kafkólogos les gusta cuestionar ruidosamente a su padre, si bien jamás abandonan el terreno que este severamente les delimitó. Pese a la cantidad astronómica de sus textos, la kafkología desarrolla siempre, en infinitas variantes, el mismo discurso, la misma especulación que, cada vez más independiente de la obra de Kafka, no se nutre sino de sí misma.
(...)
Brod eliminó de los diarios no solo las alusiones a las putas sino todo lo referente a la sexualidad. La kafkología ha formulado siempre dudas acerca de la virilidad de su autor y se complace discurriendo sobre la tortura de su impotencia. Así, desde hace mucho tiempo, Kafka se ha convertido en el santo patrono de los neuróticos, los deprimidos, los anoréxicos, los enclenques, los retorcidos, las preciosas ridículas y los histéricos (en Orson Welles, K. aúlla histéricamente, cuando las novelas de Kafka son las menos histéricas de toda la historia de la literatura).
Los biógrafos no conocen la íntima vida sexual de sus esposas, pero creen conocer la de Stendhal o la de Faulkner. Sobre la de Kafka me atrevo a decir solo lo siguiente: la vida erótica (no demasiado cómoda) de su época se parecía poco a la nuestra; las muchachas de entonces no hacían el amor antes del matrimonio; a un soltero le quedaban solo dos posibilidades: las mujeres casadas de buena familia o las mujeres fáciles de las clases inferiores: vendedoras, críadas y, naturalmente, prostitutas.
(...)
La joya erótica de "América" es Brunelda. Fascinó a Federico Fellini. Desde hace mucho tiempo, sueña con hacer de "América" una película y, en "Intervista", nos hace asistir a la escena del castinh para esa película soñada; se presentan varias candidatas, increibles para el papel de Brunelda, elegidas por Fellini con el exuberante placer que le conocemos. (Pero, insisto: este exuberante placer era también el de Kafka. ¡Pues Kafka no sufrió por nosotros! ¡Se divirtió por nosotros!)"
("La sombra castradora de san Garta", artículo de Milan Kundera aparecido en el suplemento Cultura y Nación, del diario Clarín, el 28 de noviembre de 1991)
Kundera, Parrafista 77, 3 de octubre de 2006 – Kafka, Parrafista 71, 19 de setiembre de 2006
sábado, 16 de febrero de 2008
Otro gotan extraño y genial!
Su título lo dice todo: Frankestein!
Si aceptáis otorgarme lo que os suplico, nunca, ni vos ni cualquier otro ser humano,
volveréis a verme. Me estableceré
en las enormes tierras deshabitadas
de América del Sur.
("Frankenstein", de Mary Shelley - cap. XVII)
Entre el horror y el espanto
hago de mi grito un canto:
Mi drama es no tener madre
y ser engendro de un padre
que ahora reniega de mí,
y aunque sin nacer nací
sin tener siquiera un nombre
soy sólo un remedo de hombre,
un muñeco desdichado,
y si fui galvanizado
por mi padre Frankenstein,
en tangótico vaivén,
hoy lo que más me subleva
es ser un Adán sin Eva,
tener prohibido el nosotros
y ver amarse a los otros.
¡Ver cómo comen perdices
y yo con mis cicatrices!
Es por mi figura horrible
que nunca seré querible;
y hago de mi grito un canto
entre el horror y el espanto:
Mi drama es no tener madre.
¡compadre!
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viernes, 15 de febrero de 2008
Los otros Parrafistas V
(H.G. Wells en una carta a James Joyce donde se niega a apoyar públicamente la edición en París de “Ulises”.)
H.G. Wells, Parrafista 88, 26 de octubre de 2006 – James Joyce, Parrafista 44, 12 de julio de 2006.
TITULOS
Y ahí relacioné enseguida con William Faulkner, que escribió El sonido y la furia (traductor galaico mediante), titulado así por algo de inspiración y mucho de homenaje al inglés.
Aunque veo que el hecho es por demás conocido, me pareció interesante traerlo al blog para pedir que si algún lector/a recuerda o conoce el origen de algún título o anécdota referida al mismo lo publique o lo envíe a Marcelo Perenchio para que lo publique.
Agrego otro: Ardiente paciencia novela de Antonio Skármeta, lleva ese título tomado del poema Adios de Arthur Rimbaud, tal como lo dijera Marcelo Perenchio en este mismo blog. En esa ocasión yo escribí que las palabras estaban en unos versos de Neruda, pero se vé que este las había tomado de Rimbaud, tal como el mismo aclaró en el discurso cuando recibió el Nobel en 1971.
Saludos cordiales
Fernando Terreno
jueves, 14 de febrero de 2008
Los otros Parrafistas IV
Cuenta que en sus casas los beatniks son muy limpios, tienen una bonita casa con frigorífico y televisor y viven como en un tranquilo ménage burgués y se visten con ropas sucias solo para salir."
(Italo Calvino, “Ermitaño en París”, Siruela, 1995)
Calvino, Parrafista 192, 19 de julio de 2007 – Arrabal, Parrafista 272, 5 de febrero de 2008.
miércoles, 13 de febrero de 2008
Los otros Parrafistas III
(Voltaire, "Cartas filosóficas")
Voltaire, Parrafista 231, 18 de octubre, 2007 - Shakespeare, Parrafista 12, 27 de abril, 2006
martes, 12 de febrero de 2008
Nicolás Bourbaki
Es uno de los matemáticos más influyentes del siglo XX.
Existen muchas leyendas acerca de él, y cada día va habiendo más.
Casi cada uno de los matemáticos conoce unas pocas historias acerca de él y probablemente ha inventado también un par de ellas más.
Sus trabajos se leen y se citan extensamente en todo el mundo. Existen jóvenes en Río de Janeiro cuya educación matemática ha sido basada casi enteramente en sus trabajos y existen famosos matemáticos en Berkeley y en Göttingen que piensan que su influjo es pernicioso. Tiene partidarios fervientes y detractores vociferantes en cualquier grupo de matemáticos que se reúna.
El hecho más extraño sobre él, sin embargo, es que no existe. Este francés no existente con nombre griego es Nicolás Bourbaki.
El hecho es que Nicolás Bourbaki es un seudónimo colectivo utilizado por una corporación informal de matemáticos.
El grupo seudónimo está escribiendo un tratado muy extenso en matemáticas, partiendo de los principios básicos más generales y concluyendo, es de suponer, con las aplicaciones más especializadas. El proyecto comenzó en 1939, y hay más de 20 volúmenes, unas 3.000 páginas de este trabajo monumental.
La razón por la que los autores eligieron llamarle Bourbaki está envuelta en el misterio. Existen razones para pensar que su elección estuvo inspirada en un personaje, oficial del ejército de cierta importancia en la guerra franco-prusiana.
El general Charles Denis Sauter Bourbaki fue una figura llena de colorido.
En 1862, a la edad de cuarenta y seis años, se le ofreció una oportunidad para llegar a ser rey de Grecia, pero declinó.
Actualmente se le recuerda principalmente por la forma cruel como fue tratado por la fortuna en los azares de la guerra.
En 1871, después de huir de Francia a Suiza con un resto pequeño de su ejército, fue prisionero allí y trató de suicidarse.
Al parecer fracasó, ya que llegó a vivir hasta la venerable edad de ochenta y tres años.
Se dice que hay una estatua de él en Nancy. Esto puede establecer cierta conexión entre él y los matemáticos que usan su nombre, ya que algunos de entre ellos estuvieron en tiempos diferentes asociados a ala Universidad de Nancy.
Una de las leyendas que rodean su nombre es que hace unos veinticinco o treinta años, algunos estudiantes de primer año de la Escuela Normal Superior (donde la mayor parte de los matemáticos franceses reciben su educación) tenían anualmente la visita de un personaje distinguido llamado Nicolás Bourbaki, quien les daba una lección y que, en realidad, era un actor aficionado y disfrazado con una barba patriarcal y cuya lección era una pieza maestra de trabalenguas matemático.
Es preciso decir una palabra de precaución acerca de la poca garantía que ofrecen las historias sobre Bourbaki. Si bien los miembros de esta organización secreta no han realizado ningún juramento de sangre sobre su secreto, la mayor parte de entre ellos encuentra su propia broma tan divertida que sus historias acerca de ellos mismos son apócrifas y mutuamente conflictivas. Por otra parte, los extraños al grupo no sabrán probablemente de qué están hablando y solamente pueden transmitir una leyenda que ya ha sido iluminada varias veces ..PAUL R. HALMOS, profesor de matemáticas de la Universidad de Michigan, nació en Budapest, emigró Chicago siendo aún niño y en 1934 se graduó en la Universidad de Illinois, a la edad de 18 años. Al año siguiente se dedicó a las matemáticas cuando, al ser suspendido en los exámenes para un grado de M.A. Master of Arts) en filosofía, se le dio en cambio el grado de M.S. (Master of Sciences). Halmos logró después el grado de Ph. D. (Philosofy Doctor) en matemáticas en Illinois, luego trabajó durante dos años como asistente de John von Neumann en el Institute for Advanced Study en Princeton, N.J. Tras un año en el Laboratorio de Radiación del MIT (Massachusetts Institute of Technology), fue integrado en el cuerpo docente de la Universidad de Chicago en 1946, donde permaneció hasta 1961, en que se fue a la Universidad de Michigan. Entre los premios de Halmos se cuentan una beca Guggenheim y el premio Chauvenet para exposición matemática. El presente texto es un extracto de "Matemáticas en el mundo moderno" y fué escrito en mayo de 1957!
Otro artículo interesante escrito por Fernando Bombal, disponible aquí.
Los otros Parrafistas II
(“El club de los impostores”, artículo de Hinde Pomeraniec en Clarín, suplemento Cultura y Nación, 12 de julio de 1998)
M.E. Walsh, Parrafista 137, 01 de marzo, 2007 - J.R. Jiménez, Parrafista 186, 04 de julio, 2007
lunes, 11 de febrero de 2008
Conjungando el género del terror con el 2x4
El remate es bueno desde lo musical, y desde lo literario. Por eso lo comparto
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Escucho a un fueye que me asegura |
Los otros Parrafistas
-No. Yo sentía que no quería ni podía escribir una obra sobre Leopardi respetando los datos históricos del personaje. A mí me bloquea tener demasiada información. Mi imaginación no va por ese camino. Lo que me interesaba era quitarle solemnidad a esa imagen que tiene la gente del Poeta con mayúsculas. Me interesaba tomar un nucleo de datos de Leopardi, los datos físicos, su carácter, su inteligencia, y llevarlo a este lugar, donde él pudiera vivir cosas que seguramente no vivió en Recanati, en su Italia natal; que viviera algo de esta Argentina, que se entontrase con argentinos o con esos invasores de otras nacionalidades que ante él reaccionaban de determinada manera.
(Alicia Genovese entrevista a Griselda Gambaro a propósito de “Después del día de fiesta”, novela editada por Seix Barral en 1994)
Griselda Gambaro, Parrafista 129, 06 de febrero, 2007 - Giaccomo Leopardi, Parrafista 224, 03 de ocutubre, 2007
viernes, 8 de febrero de 2008
Personajes dignos para la galería de Juan Antonito Vallejo Nágera
Sin lugar a dudas, y salvando la diferencia respecto a la fama, creo la cofradía tiene múltiples perfiles de sus integrantes, que no le van en zaga a estos que pregonaba Vallejo en su "Locos egregios".
Estimo en nuestro caso, tratase en su gran mayoría de sanas locuras, propias de oyentes irracionales.
Simpáticas e impertérritas, ya que insistimos en Parrafus Cepitus "la sana costumbre".
Muy apetecible la escritura de Nicolás, ciertamente. Además nos remite a términos poco usuales pero potentes, i.e. escaldar.
Habrá multiplicidad de estilos en los restantes [e irracionales] bicentenarios PI's.
Cordura Parrafistas!
[Ejemplo de incordio/nosense]
Duda Duras
Marguerite Duras, “Ecrire” (“Escribir”, Tusquets, 1995)
Fecha: 07/02/2008
Género: Novela
Título: “Días enteros en los árboles”
Autor: Marguerite Duras
Ganador: Quique Figueroa
La cincuenta saluda a la treinticinco
te abre cancha en la gran ciudad,
como tú dice coplas en el rigor del invierno
y se ríe en sus coplas de su misma orfandad.
Compadre Villon, tiene un alma cuantiosa,
-atorrante que vive mirando la luna-
asusta a sus burgueses su ira escandalosa
donde siempre lunada hallarás su fortuna.
Compadre Villon, ama la sidra y el vino dulzón
y a las mozas barraganas
que chistan en las ventanas.
Compadre Villon, canta como tú, trashumante,
y sigue su suerte de poeta atorrante
con tu mismo manfichismo en el corazón.
(Nicolás Olivari, “Saludo a Francois Villon”)
Fecha: 06/02/2008
Género: Poesía
Título: “El gato escaldado”
Autor: Nicolás Olivari
Ganador: Perenchio Coronel
jueves, 7 de febrero de 2008
Gonzalo, de Benito Juárez, cuenta su escucha
Quiero agradecerle en estas primeras líneas, que haya tenido la amabilidad de responder la pregunta que dejé colgada en el blog. Ya apunté los días y horario en que puedo sintonizar el Párrafus Interruptus.
Soy radio-escucha habitual de varias emisoras y programas, pero Ud. sabrá que la radio no solo crea hábitos sino también fidelidades. Fidelidades más fuertes que las que puede lograr otro, o cualquier medio masivo, al menos eso pienso.
Con esto quiero decirle que casi automáticamente cuando sintonizo la radio a media noche, el dial me empuja a "La venganza será terrible", programa del queridísimo flaco Dolina que me acompaña hace años, tantos como para desvelarme desde las noches en que todavía era estudiante del secundario allá en Benito Juárez, hasta las noches que en el centro de estudiantes me entretenía en las pausas de las lecturas que elaboraba para completar la carrera de grado.
Dicho sea de paso, y espero no aburrirlo con repeticiones, al cursar el profesorado de Historia en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, de la UNLP, me he cruzado en las aulas con el profesor Rodolfo Valeri. Dictaba una de las últimas materias de la carrera, sino la última, y es la materia donde se estudiaba el siglo XX. Muy original lo suyo, a la vez que particular y controvertido. Digamos que no era un profesor ortodoxo, pero muy erudito, políglota y sacarrón. Nos imponía no solo aprobar la cursada regular, la práctica, sino también las asistencias teóricas, y aprobar este régimen exígia por ejemplo, el análisis completo de una película y la lectura de un poema, en nuestro caso fuimos faverecidos con Felini y Vicente Battista, en ese orden.
Una lástima fue para mí, que al haber completado la cursada, el profesor haya decidido por varios motivos tramitar su jubilación.
Una sorpresa fue entonces, al leer el blog, saber de él, y de su tiempo para escuchar los 'Párrafos'. No me extrañó, eso sí, que lo hiciera. Varias veces conversamos sobre el SODRE, las estaciones de música clásica y las dinámicas de los programas actuales y los vicios de los locutores.
Tampoco me sorprendieron sus opiniones sobre los libros, sobre la realidad que debe aunar a los lectores con los autores. Valeri es un pedagogo humanista, de la tradición que en el siglo XX fue defendida primordialmete por Merleau Ponty y uno de sus discípulos, Claude Lefort, aún vivo y al cual, creo no equivocarme, Valeri frecuentó con asiduidad en Francia.
Bueno Marcelo, no te molesto más. Gracias nuevamente por la atención de escribirme y seguramente nos encontraremos en la misma sintonía, o como se suele decir, a la misma hora y por el mismo canal.
Un abrazo, Gonzalo.
Orfandad pasajera
E' vero, pero será una orfandad a medias, ya que al menos quedaremos acompañados de viejos episodios.
Presumo entonces, algunos [cófrades] habrán de profundizar lecturas, otros irán hacia la lectura de autores que estén mitad de camino entre Jarry, Olivari y Xul Solar, transitando por la angosta y empinada senda patafisica.
Otros aprovecharán a visitar librerías de usados, desempolvando barbijos para protegerse de potencial alergía a los ácaros, y tomarán nota del comienzo de cada obra de autor potencial a ser incluido en los restantes 227 Parrafus, ya que la garantía de unicidad [sin repetir y sin soplar], está garantizada hasta la emisión pentacentenaria.
Se barrunta por allí que la porción mas selecta de la puntillosa audiencia, hubo de preveer este lapso para solicitar las vacaciones [8.2 al 25.2], en consonancia con Paredero, ya que sin este alimento radio/espiritual, la vida se les haria casi inadmisible, y dispondrán de una merecida tregua de 19 días.
miércoles, 6 de febrero de 2008
Mito y realidad del Grupo Martín Fierro
Con motivo del Párrafus Interruptus del día miércoles, rescatamos una nota donde habla el protagonista del PI: Nicolás Olivari. Tal como vaticinara el archipresta parrafero, fué interruptus.
La poesía, con un lenguaje bizarro/modernoso daba alguno que otro indicio. Pero como Huguito viene con autores no convencionales, hay que pensar dos veces para llamar, o bien, ser un lancero consuetudinario.
En fin, la rápida carburación de Horacio Coronel alias MPerenchio, diole el tino de hacer un lance y embocar la ficha en el sapo, alcanzando así, su victoria de oro: la número 50, con Olivari y El gato escaldado.
Interesante e inquieto espíritu el de Olivari. Reproducimos un escrito donde muestra su postura, un tipo como Nicolás, escritor, periodista y poeta, no estaba para la pseudo rivalidad de Boedo - Florida
Creo que ninguna generación literaria ha tenido la actuación casi permanente de una vigencia tan efectiva como la del grupo de la revista Martín Fierro.
Historiar su origen o formación o alineación, es asunto un poco confuso, dado el tiempo transcurrido.
Por otra parte, hay una amplia bibliografía sobre esos movimientos (Boedo-Florida) que configuran su mito y su realidad.
Lo que puedo intentar aquí -como testigo físico de los llamados movimientos de Boedo y Florida- es aportar algunas experiencias vividas. Sin literatura. Apenas con un cierto afán cronológico. Periodístico de información.
Me duele no dar nombres, salvo los imprescindiblemente necesarios, porque podría cometer olvidos lamentables con buenos amigos. Pero debo decir, para su ubicación terminante, que el grupo Boedo, el primero que conocí fue capitaneado resueltamente por Leonidas Barletta, que era el más agresivo, e integrado por Elías Castelnuovo, Alvaro Yunque, Lorenzo Stanchina, Gustavo Riccio, muerto prematuramente, y algunos más de cuyos nombres no me acuerdo mucho. En el grupo Martín Fierro -no doy fechas porque no las ubico- el más estentóreo era Oliverio Girondo; el aglutinador, Evar Méndez; diría: ejecutivo o de relaciones públicas.
El grupo Boedo se reunía en la calle Boedo, casi esquina San Ignacio, una cortada de parrafadas electorales, en una humilde librería, propiedad de Francisco Munner, un catalán pintoresco y bondadoso.
A los fondos crujían las viejas linotipos de Lorenzo Rañó, impresor de toda la literatura social de la época.
Se editaban Los Pensadores, una colección de defectuosas traducciones de escritores rusos y otros autores de izquierda. Pequeños y sustanciosos tomitos de versos y una serie tremenda de novelas realistas, a veces pornográficas, para acentuar la diferencia con la prosa amerengada de La Novela Semanal.
Estas ediciones, hoy inhallables, serían disputadas a peso de oro por los bibliófilos.
En ese tiempo hasta llegó a escribir su novelita el hoy crítico de cine Chas de Cruz, apenas adolescente, con un titulo que se las traía: El burdel de la judía. Los revendedores de toda esa faramalla eran los hermanos Rubli, actuales poderosos encargados de la reventa de Radiolandia, Vosotras, Goles, el Tony, Ahora, etc.
Estos, entonces acometedores muchachos, fueron la salvación de nuestra bohemia, porque nos pagaban, ¡increíble!, por lo que escribíamos.
En este grupo figuraban además los pintores Arato, Vigo, Facio Hebequer y el escultor Riganelli.
Boedo había trazado su formula de acción de la que no se apeaba. El slogan era: "El arte por el pueblo".
Formula simplista y tan vaga como nuestra supuesta ignorancia en la materia.
Recuerdo -ésta crónica no puede ser sino recuerdos- que entonces publiqué mi primer libro de versos, o lo que fueran, en 1924, titulado La amada infiel, en contraste irónica con La amada infiel, de Amado Nervo, que hacía estragos en la juventud y en las modistillas. Lo editó Rañó, y no recuerdo haberle pagado nunca.
Mi libro era irónico, desenfadado, hiriente. Cuándo vieron los primeros ejemplares, parece que se reunió el cónclave director del grupo y dictaminaron que yo estaba "fuera de la cuestión"
¿Por qué? Me había atrevido a decir en un poema: "mi loco cardumen que anda en parranda- con Theodore de Bainville", y esto otro: … "el son sonoro del viejo piano".
Se indignaron, y en cierto modo me consideraron traidor al movimiento y me expulsaron sin más.
Me dolió; tenía la ingenuidad de los poco más de veinte años y admiraba ciegamente a mis censores.
Como en el tango, salí a la calle desconcertado, y dio la casualidad que me encontré en la puerta de la librería con Raúl González Tuñón, quien había leído mi libro y le gustaba. Me abrazó, y al saber de mi cuita ya tuteándome, me dijo; "No importa, Te llevo a Florida"… Y así fue.
El grupo Florida, ya en plena efervescencia, funcionaba en el estudio del doctor Maglione, en la calle Viamonte.
Allí me encontré con la acogida cariñosa, sencilla , fraternal diría de Evar, de Oliverio Girondo, de Marechal, de Borges, de Fijman, de Zía, de Molinari, de Enrique González Tuñon, que sería luego mi íntimo amigo, de Galtier, del afectuosísimo Ricardo Güiraldes y para mi asombro, con la bondad infinita del gran Macedonio.
Me hice asiduo a las reuniones. Oliverio tan lleno de vida era tumultuoso y activo. Evar, reflexivo y constructivo. Entraban y salían Paco Luis Bernardez, Amado Villar, Pedro Juan Vignale, César Tiempo, Sixto Pondal Ríos, Ulyses Petit de Murat, RobertoArlt, Norah Lange y tantos otros. Roberto Mariani, finísimo espíritu equidistante, oficiaba de diplomático componedor entre Boedo y Florida . Porqué no nos odiábamos. Nos tolerábamos o nos sufríamos.
Lo que caracterizó un poco el distanciamiento de ambos grupos fueron los famosos "epitafios" en los que a veces caía en la redada alguien de Boedo. Eso fue todo o casi todo. Los autores de los epitafios eran muchos pero sobresalieron por su humor candente los de Nalé Roxlo y los de Ernesto Palacio, que aún hoy, cuarenta años después, se citan y recitan en toda ocasión. Algunos fueron ciertamente mortales para postizos marbetes intelectuales.
En el periódico Martín Fierro cabía todo o casi todo.
La brevedad obligada de esta nota, que no quiere ser histórica, me mueve a no alargarme.
Rápidamente anoto que Martín Fierro estruendosamente al gran Ramón Gómez de la Serna, al músico Ansermet, y con un afilado estilo de cachada porteña al simpático e imperturbable F. T. Marinetti. Fueron años gloriosos de risas, humor, y entreveros. Contagiados por la trascendencia popular del periódico - popular, digo, porque se llegaron a vender veinte mil ejemplares-, aparecieron revistas colaterales, claro que sin su humor y sin su desenfado.
Recuerdo Proa, con Brandan Caraffa y Rojas Paz; Inicial con Ortelli, Síntesis, con el que fuera el intendente municipal de Buenos Aires, Dr. Carlos Noel: el mismo a quien Evar Mendez, nunca supe por qué, endilgó un romance o algo así, tremebundo y jocoso, que se titulaba Al chocolatero que está en la Intendencia. Por los aires sureños apareció Campana de Palo, del persistente grupo Boedo, con más palos que somatenes.
Nuestra juventud desemboca en tenidas gastronómicas de locura. Recuerdo el banquete que se dio (¿dimos?) en la Rural, a Ricardo Güiraldes, que acababa de publicar su Don Segundo Sombra.
Existe una foto, que si ya es historia, de sobremesa. Puede verse a toda la plana de Martín Fierro allí, a la sombra ya venerable de Juan Pablo Echagüe, Guillermo Korn, Manuel Galvez, Nerio Rojas y tantos otros. El gráfico documento que nos reunió fue reproducido innumerables veces, en cada oportunidad en que se habla de nuestra generación.
Entonces se escribía, se polemizaba, se discutía, se peleaba. Contra la partida, según el famoso manifiesto que redactó Oliverio. Nos ensartamos a la vez en una homérica polémica con jóvenes escritores y poetas españoles, quienes sostenían que un "meridiano intelectual" único, latino-americano. pasaba por Madrid. Nosotros les encajamos de prepotencia un meridiano de Buenos Aires, y su tango. Hasta le dimos un banquete a nuestro rezo ciudadano. Recuerdo, con orgullosa emoción, que Ricardo Güiraldes lo bailó con primorosos cortes de ciudadanía porteña. ¿Y qué más? Mucho más que la tristeza de los años idos me obliga a callar. Si no fuera bajamente sentimentaloide agregaría: para no llorar. La mayoría de los jóvenes que hicieron Martín Fierro eran entonces, a la vez, redactores del diario Crítica. Allí bajo el ala protectora de Don Natalio Botana y la sonrisa esquinera del Malevo Muñoz. continuamos el tiroteo. Hasta que …¿llegó el tiempo de la pausa? No sé. Lo que sí sé es que nuestra generación, por casualidad, oportunidad buscada y merecimiento hoy innegable, llenó un vacío existente en la literatura argentina, desde el año veinte al treinta más o menos, con poemas, prosas, ensayos, estudios. Todo entre bromas y carcajadas, pero con una autenticidad y una seriedad de trabajo, inspiración y propósitos que han hecho que decir todavía hoy "la generación de Martín Fierro ", obliga tanto al pasmo como a la atención.